La limpieza dental es la mejor técnica de prevención de enfermedades orales, siendo este un hábito que no solamente se basa en el cepillado dental.
En este sentido, destacaremos el irrigador dental como uno de los elementos más eficaces a la hora de eliminar los restos de alimentos y placa bacteriana.
Definiremos el irrigador dental como una herramienta que se caracteriza por expulsar agua a presión, con el objetivo de conseguir una limpieza profunda de la boca, siendo importante aclarar que no debe usarse como sustituto del cepillado, sino como complemento.
Uso del irrigador dental
El uso del irrigador bucal es muy simple e intuitivo, siendo un proceso que llevaremos a cabo después del cepillado y del uso del hilo dental o, en su defecto, de los cepillos interproximales.
Si nos eliges como tu dentista en Fuenlabrada te ofreceremos diferentes consejos para mejorar tu rutina de limpieza dental.
Es recomendable regular la presión del agua al usar el irrigador, siendo preferible utilizar una presión suave al principio para evitar las molestias.
Otro aspecto esencial para el buen uso del irrigador es seguir la línea de la encía, así como también hay que aplicar el chorro de agua en los espacios interdentales.
Entre las principales ventajas del irrigador bucal destacaremos una importante mejora de la higiene bucal y la posibilidad de llegar a aquellas zonas donde el cepillo no tiene acceso, de modo que nos ayudará a prevenir todo tipo de enfermedades orales como la caries o la gingivitis.
Si bien es cierto que el uso del irrigador bucal está recomendado para cualquiera, es importante destacar su importancia en aquellos pacientes que estén en un proceso de ortodoncia, especialmente si usan brackets, así como también con enfermedades periodontales.
En caso de que necesites implantes dentales en Fuenlabrada, debes saber que el irrigador te será muy útil a la hora de conseguir una limpieza más completa.